martes, 29 de septiembre de 2009

Drogalandia y El Aprendiz (menos samba y más traBassat)

Puede resultar odioso, petulante, chulo, prepotente, egocéntrico... o puede resultar certero, agudo, irónico... pero lo que está claro es que Dragó no aburre. Lo que aburre es su programa. Secciones sin sentido ni motivo, ni mucho menos gracia, como la de Arrabal ridiculizándose a si mismo, luciendo orgulloso su etiqueta de borracho de plató (todo un visionario de lo que vendría 20 años después). O los frikianómimos en busca de alcachofa callejera para castigar a la concurrencia con sus 20 segundos de fama infame, y sus 20 años de arrepentimiento. Pero Dragó es otra cosa. Con tal de polemizar es capaz de llevarse la contraria a sí mismo. En este caso dedicó la pataleta a la ministra de Sanidad (la siguen llamando Trinidad), que vete a saber por qué, prohibió unas pastillitas chinas que según Dragó son buenas hasta para presentar un programa de televisión (el rigor científico de tales pastillas viene a ser el mismo al que se exponen las hamburguesas de *!%&# del mítico Knight madrileño). De manera que ante el mismísimo Albert Boadella (Boadella del Monte desde su madrileñización), se zampó 6 pastillicas chinas, sin salsa de soja ni nada, acompañadas de un whiskazo sin hielo, infalible para generar el aliento que permita mantener las  distancias con su invitado. Acto seguido, pensé que iba a eructar, pero ya quisiera Dragó ser Hommer Simpson, y poder hacer y decir lo que le de la gana... (recordemos que Telemadrid es Espemadrid). Lo que hizo fue ofrecer a Boadella una pirula mágica (que rule!), a modo de adolescente rebelde para incomodar todavía más al entrevistado (algo así como Boadella haciendo de Larra en El castellano viejo). En fin, se me antoja que Dragó va a ser más visto en los programas de zapping que en su propio programa... buena publicidad, sin duda. Tan buena como la que parían los discípulos de Bassat allá en los 80... quién lo iba a decir, el mítico Bassat convertido en personaje, escenificando a un tiburón en extinción, que ni se lleva ni se cree nadie. Al menos el Aprendiz es un reality nuevo, ya testado en las américas, y con resultados muy apetecibles para tiempos de crisis (de ideas, de audiencia, de vergüenza, de credibilidad... de tv). Estéticamente, ya digo, la sobriedad de los personajes me resulta un tanto rancia, retrógrada, casi ridícula (lo de la secretaria cogiendo el teléfono para decir una y otra vez "el señor Bassat les espera, pueden pasar" clama al cielo. ¿Es que alguien piensa que esa tía está currando ahí, por mucho papel que tenga encima de la mesa...? Parece un personaje de Amanece que no es poco, una secretaria automática o algo así). Respecto a los colaboradores, todos los comentarios eran casi tan previsibles como los de Bassat. Lo único que me llamó la atención eran las gafas ocultaresaca de la señora Regina, cual Audrey en Tiffany´s, estilazo. Pero lo peor de este concurso, peor incluso que el alarde de chulería barata de sus concursantes (inversamente proporcional a la prudencia y discreción de un profesional preparado de verdad), es que Bassat va a soltar un millón de pavazos al año al ganador de tal concursez, para que curre en su gigagencia de publicidad. Y esto quiero analizarlo con más calma:
- Si a Bassat le sobra la pasta en tiempos de escasez, qué menos que disimularlo... (puede que a partir de ahora sus clientes miren con lupa las tarifas...y por supuesto, me temo que dirán eso de "mira, tengo esta campaña, pero por favor, que no curre en ella el del reality, que esto es muy serio...")
- Bassat está dispuesto a pagar un millón de euracos a un/a menda que se presenta a un reality. Es decir, a alguien que tiene un afán de protagonismo desmedido, especialmente adecuado para trabajar en equipo y generar buen rollo. 
- Los mileuristas de Bassat Ogilvy que llevan tiempo siéndolo, se van a sentir más de puta madre todavía, especialmente cuando el nuevo telepublicitario meta presión a los que tienen que presionar a los que presionan a los mileuristas.

Pues eso, tenía ya ganas de hablar de la tele... qué a gusto me he quedau

Saludos puntocero







4 comentarios:

  1. No veas la tele , hombre, ...
    yo estuve viendo el otro día "Tú sí que vales " , oh incauta, y me quedé enganchada y al día siguiente era un poco más tonta que el día anterior .
    Jeje

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  2. Yo hace mucho que en la tele sólo veo el furgol, pero en el descanso de un partido vi el anuncio de eso de Dragolandia y me dio un poco de vergüenza ajena. Siempre me la dan estos tíos que van de anarquistas, contracorrientes y artistas libérrimos de jueves a domingo y el resto de la semana se dedican a pasarse por los pisos que tienen alquilados a cobrar las rentas y a hacer cuentas con el administrador.

    Me ha gustado lo de concursez como sinónimo de sandez, soplapollez, gilipollez...

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  3. Aquí no vemos Telemadrid, a Sanchez Eyaculación Mental Dragó (apodo que se ganó de tanto insistir con el sexo tántrico y evacuarlo todo en la mente) lo tenemos que roer en alguna que otra entrevista. Es duro de roer. Uno no quiere ser como él pero hacia allá vamos, con una vida menos cómoda, claro.Cómoda en todo sentido, hasta le escriben los libros. Es un nostálgico, Dragó. No, lo de rancio se ajusta más.

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  4. Hola June, bienvenida. Lo de ver la tele fue sin querer... estaba ahí, puesta, y la miré como el que se mira a un espejo y sólo ve el espejo (esta frase no es mía, es de Aldecoa en "Gran Sol", pero la cuelo cada vez que me acuerdo). Creo que merezco un castigo: no volveré a ver la tele, no volveré a ver la tele, no volveré a ver la tele... así 100 veces.
    Hola Miguel, qué buen retrato de los Dragones. Me lo imagino contando las monedas en montoncitos encima de una mesa...
    Hola Tú. "Uno no quiere ser como él pero hacia allá vamos". Me he echado unas risas con esta frase... Se podría decir de mucha gente (Ramoncín, Leonardo Dantés, Sin Chan, Pipi calzaslargas, el pocero...)
    Gracias por vuestra visita....

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