jueves, 22 de octubre de 2009

ruSOS

Por supuesto, no tengo nada en contra de los inventores de la ensaladilla, la montaña o los filetes... Lo que pasa es que Rusia tiene mala suerte: ya es mala suerte que en cualquier punto geográfico de un país, haga un frío del copón durante 7-8 meses al año, pero todavía más mala suerte cuando ese país es el más grande del mundo. Y claro, si no hay huida posible, nada como un vodka de 40º a la sombra para entrar en calor...
Y menudos ejemplos traigo hoy. O mejor, menudos ejemplares.


El primero se llama Vladislav Tkachie, ruso de vocación, y maestro de ajedrez (nº 58 del mundo). Este señor se presentó con un chuzo del carajo (o del carajillo, a saber), en el afamado Open de Calcuta. La primera dificultad no consistía en contrarrestar la apertura de su contrincante, sino en sentarse en su silla ("tatequieta coooño"). Lo segundo, en mantenerse despierto. De hecho, esto no lo consiguió, y eso que como todo el mundo sabe, los jugadores de ajedrez tienen un despertador al lado, por si la partida se hace soporífera... lo peor es que su rival tuvo que esperar ahí delante, sentadito con los brazos cruzados, a que pasara la hora y media reglamentaria antes de descalificar a un jugador que no ha movido ficha, por si en algún momento borrachov dejaba de dormir la mona...


El segundo ejemplar es Ivan Ukhov, ABSOLUT Atleta, plusmarquista nacional (dícese del que más prendas pijas es capaz de vestir), de salto de altura en pista cubierta (de nieve?), patrocinado por Eristoff y amigo con derecho a roce de Stolichnaya. Este camarada se presentó al mitin de Laussane incapaz de saber si tenía que saltar la barra de arriba o la de abajo. Parecía esforzarse en disimular (y todos sabemos que es peor), y ya cantó excesivamente cuando le costó más de lo habitual desprenderse de la puñetera ropa de calentamiento, empeñada en ponerle la zancadilla. Lo de quitar de un manotazo al miembro de la organización es comprensible: le estaba interrumpiendo la concentración. De repente comienza a correr hacia la barra (la de salto, no la del bar) y pega un salto capaz de superar este teclado extraplano que me da de escribir. Cae en la colchoneta y cuando todo el mundo piensa que de ahí no se iba a levantar, se incorpora como si nada hubiera pasado. Genial. Un ruso riéndose en la cara de la jodida cuna del olimpismo (laussane). Y para más choteo, estar así de trompa no se considera estar dopado, pero eso sí, la organización no le pagó, y me parece muy mal, porque el espectáculo fue mayor que si hubiera batido el record del mundo. Un brindis por Ivan.


El tercero no es yeltsin, a pesar de que hay material para echarse un buen rato de risas (aunque si hubiera sido mi presi, no me habría hecho ni puta gracia). Sin embargo, caliente, caliente. Es un tal Vladimir Putin. Este señor dice que Irán no tiene intención de fabricar armas nucleares, que no ha incumplido ninguna normativa, que no se debe sancionar a Irán, y que el uranio, poco más o menos, es para que los nenes aprendan cosicas en el cole con el Cheminova....

Mi pregunta es: ¿Quién está más borracho de los tres? 
Vaya, a lo peor es que Putin no estaba borracho...

Ahí lo dejo, que me está mirando un señor desde un balcón con cara de KGB.

Spasiva y hasta otra.





6 comentarios:

  1. Jua jua jua, qué buenísimo video, no lo había visto.
    Si el barón de Coubertin levantará la cabeza.
    De todos modos, la gente trompa siempre me ha dado un poquito de pena... si yo no lo estoy

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  2. juas juas, que lastimita llegar asi a estas edades

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  3. A mi a veces me da pena (si es un borracho torpe), y a veces envidia (si es un borracho divertido). A cada uno le afecta diferente...

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  4. Gracias Facu, y bienvenido. Suelo devolver las visitas así que pronto comentaré algo en tu rincón de palabreo...

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  5. Ey, amigo, espero que todo vaya bien. Un abrazo

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